viernes, 15 de octubre de 2010

¿Quién no los conocía?

Si le preguntamos a algún beninero que recuerda de las fiestas del pueblo en el 90% de los casos la imagen que les vendría a la memoria sería esta.

Sin música no había fiestas. Al terminar las fiestas de Lucainena, los músicos bajaban andando por el río hasta llegar a la fuente del Murallón. Allí se refrescaban un poco y se quitaban el polvo de los zapatos.

Al llegar a la puerta de la Ermita empezaban a tocar hasta llegar a la plaza y así era como comenzaban las fiestas en honor a San Roque y la Virgen.

Durante los días de fiesta los músicos se repartían por las casas de los vecinos.

No hay comentarios: